Obras abiertas y obras cerradas
La vida continúa, a ritmo un poco diferente, a causa del coronavirus. En Centro África casi han subido a más de 250 (119 desde hace una semana). Se nota que hay un poco más de miedo (aunque las actividades, los desplazamientos, las fiestas y las reuniones se alternan, desafiando con frecuencia las reglas de distancias e higiene).
En estos días, por ser Cáritas, nos hemos logrado comprar termómetros infrarrojos, que hemos puesto a disposición de algunos hospitales y dispensarios. Y mañana lanzamos una orden de 6.000 mascarillas, que serán fabricadas localmente y darán seguridad y trabajo.
En la parroquia, si bien no pudiendo tener las celebraciones de los bautismos y otros sacramentos, seguimos con los exámenes de catecismo.
La gran noticia es la marchas de las empresas chinas de Bozoum.
Dese hace algunos días, van pasando camiones cargados de bulldozers y excavadoras, que abandonan Bozoum sobre todo en dirección sur (probablemente hacia Yaloke y Bambari).
Abandonan, por desgracia, un desastre. Más bien varios desastres.:
· La contaminación del río, y de las aguas de la zona con el mercurio (que permanecerá durante decenios en el agua, en la tierra, en la vegetación y en toda la cadena alimenticia).
· Un río medio perdido, con montones de guijarros y tierra, y pozos de agua profunda: la semana pasada siete personas se ahogaron en él.
· Una huella de enfermedades y malformaciones; hay ya casos de recién nacidos con espina bífida y macrocefalia.
· Un desfile de violencias y atropellos, con heridos, muertos y un desprecio por toda justicia.
· Un país más pobre: mientras las empresas han gastado, en un año, más de 7 millones de euros (más de 4.700.000 f CFA) declararon extraer oro por poco más de 4.680.000 euros (3.65-000 de f CFA). Es extraño que las empresas trabajen con pérdidas. Y, según los balances oficiales del Estado, no ha habido ningún aumento de entradas.
·
Una región más pobre: por culpa de las autoridades muy
corrompidas, las comunidades locales no han obtenido ningún beneficio (aparte
del mercurio, el agua contaminada, malformaciones, violencias e injusticias).
Las empresas chinas había prometido 36.000 euros (34 millones de F cfa) para construir
escuelas y dispensarios. Los han entregado, pero solo se ha utilizado una parte
(y no para construir las escuelas, sino una tribuna para las autoridades para
la fiesta nacional del 1º de diciembre). Jamás se ha construido una escuela. De
los dos dispensarios se ha construido poco menos de la mitad (y no se ha
terminado). La empresa que ha construido la tribuna ha recibido 9'5 millones de
F cfa (y 2'5 millones se han evaporado), mientras que para los dos dispensarios
(no construidos) se han gastado menos de dos millones cfa.
Moral de historia: algunas autoridades locales se han embolsado más de 12
millones de f cfa (unos 18.000 euros), que estaban destinados a resarcir al
menos en parte a la población local.
¡Ánimo!
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